Los sistemas de riego tradicionales como el surco o el riego por inundación han ido dando paso a la aspersión que deja caer el agua sobre los cultivos en una suerte de lluvia, y al goteo la tecnología más eficiente, puesto que implica aplicar la dosis justa directamente a las raíces de las plantas.
«Existen muchos tipos de regadío, pero el más sostenible, y el que representa una mayor tendencia de futuro es el riego por goteo», incide César Marcos, periodista especializado y coordinador de la Alianza por la Agricultura Sostenible, ALAS. Se conoce también como riego de precisión (de hecho, va ligado a la llamada agricultura de precisión), suministra agua, en dosis medidas, directamente a las raíces de cada planta, y es una tecnología alentada tanto por los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la Agenda 2030 como por la FAO (organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).